Los Países Bajos – 4 de mayo de 2020

Ayer hubo otro intento de queja estatal ilegal y violento contra Venezuela; un grupo de mercenarios fuertemente armados en lanchas rápidas trató de invadir el país, desde la vecina Colombia. Este ataque ha sido derrotado.

Nosotros, los ciudadanos holandeses, condenamos esta invasión armada de los comandos terroristas y lamentamos que nuestro gobierno tenga vínculos directos con los partidos que planifican, organizan y financian estas acciones violentas. Por lo tanto, no confiamos en que nuestro gobierno realmente sólo envió su mayor buque de guerra, helicópteros de ataque, toneladas de equipo militar, soldados e infantes de marina allí para el apoyo humanitario y el combate Covid-19.

Condenamos la complicidad de nuestro gobierno en la agresión, el sabotaje, el asedio, la guerra de la información, la destrucción económica, los golpes de Estado y las invasiones contra la soberana República Bolivariana de Venezuela. La atractiva oferta de petróleo (la mayor del mundo), otras materias primas y la política social e independiente de Venezuela no puede ser motivo para ignorar los principios básicos de la soberanía, el derecho internacional, la diplomacia, la constitución, el comercio y la convivencia; si es así, ¿qué nos distingue de las prácticas medievales como el robo, la piratería, las manifestaciones represivas de poder y el asedio urbano?

Nosotros, ciudadanos de los Países Bajos, no queremos la guerra, y el lenguaje de la guerra de nuestro gobierno no es el nuestro. No queremos el despliegue de equipo de guerra y tropas holandesas en las islas ABC, lo que implicaría directamente a los Países Bajos en una guerra con un país vecino por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. También en nombre de nuestros hijos y nietos, y de nuestros hermanos y hermanas de las islas ABC, queremos enfatizar que una posible guerra será desastrosa.

Queremos que nuestro gobierno deje de seguir los pasos de las agresivas demostraciones de poder americano. Queremos que nuestros gobiernos se sienten alrededor de la mesa con el objetivo común de resolver las diferencias y hablar de ellas para llegar a un acuerdo. Nunca hemos elegido nuestros parlamentos y nuestros gobiernos para incitar a la enemistad con otros países y otros gobiernos y líderes, y por lo tanto no tienen el mandato de hacernos la guerra. Somos de todos los credos, todos los orígenes y todas las corrientes de opinión con una demanda común.

Queremos LA PAZ entre los Países Bajos y Venezuela.